VisionLux

Dicen que, en la oscuridad de la noche, cuando todo parece en calma, es cuando las sombras susurran tu nombre.

El reloj marca la medianoche. Afuera, la niebla se arrastra lentamente sobre las calles desiertas, cubriéndolo todo con un manto de inquietante silencio. Solo el débil parpadeo de las farolas ilumina la noche, proyectando sombras deformes en las paredes. Dentro de casa, la única luz proviene del resplandor frío del proyector, donde una película de terror esta a punto de agarrarte.

El sonido de una puerta crujiendo en la pantalla se mezcla con el eco lejano de algo moviéndose en el pasillo. ¿Fue solo el viento? ¿O tal vez alguien o algo se oculta más allá del resplandor de la pantalla? Los latidos del corazón se aceleran con cada escena. Afuera, la tormenta gruñe en la distancia, como si la misma noche advirtiera que esta no será una velada cualquiera.

Un golpe seco se escucha en la ventana. El reflejo en la pantalla parpadea, y por un segundo, parece que hay alguien más en la habitación…

Imagínate esto: es una tarde de verano, el sol ya empieza a bajar y el calor se siente más llevadero. Estamos en la sala, todos con nuestras camisetas de fútbol Puestas, listos para ver el partido en el proyector. Se escucha el murmullo de la previa, mientras acomodamos los snacks en la mesa: nachos, patatas, un par de cerv... lo esencial para aguantar los 90 minutos.

El primer silbatazo suena y ya estamos metidos de lleno en el juego. Cada pase, cada jugada nos tiene al borde del asiento, y cuando llega el gol, explotamos en gritos y choques de manos. Entre jugadas polémicas y bromas, la tarde se pasa volando.